No digas que lo nuestro fue una mero sueño concebido por la mesura de evadirnos
de aquella devastadora melancolía que nos asistía, la cual nos condenó a ser títeres
de ella misma…hasta que nos encontramos, atraídos y cegados por aquel latido que nos hizo estremecer,
mientras nuestra alma se entregaba a aquel excelso ardor, quien acabó enterrado bajo aquella avalancha de infortunio que nos aguardaba…no en vano, nos
perdimos, y no fuimos capaces de buscarnos en el silencio de las palabras, pese a ello incurres al aciago error de negarme, simplemente, para atormentarme sin tan siquiera mirarme a los ojos…
© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet
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