I
Solo yo alcanzo
a escuchar,
cómo en mi vocea
la noche…
con sus sombras
difusas,
que arañan mis
párpados
calados de diluvios,
que azoran mi alma
arrimada a una
vejez
delirante de anhelos,
que se hallan velados
tras esta copiosa
bruma,
que enmudece
ante mi afán
por querer amasar
una ilusión sobre
un corazón
inundado de pretextos.
© Charlotte Bennet.
© Charlotte Bennet.