Melancolía forjada de la helada,
que ampara
los altos y silenciosos cerros,
que cobijan la noche
más austera…
aquella que no tiene nombre,
que no sueña,
que no alberga amaneceres
sobre el frágil lomo
de aquella pobre ave,
que se resguarda en las sombras,
mientras le canta
al dolor que rige su corazón,
ahíto de esperas,
que evocan a viejos anhelos
impregnados de ausencias...
para el alma,
quien llora entre forzadas carcajadas...
...y sentidas penas.
© Propiedad
Intelectual. Charlotte Bennet.
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