En un mundo marcado por el eco de la violencia, no solo en Ucrania y Gaza, sino en otros muchos lugares donde el sufrimiento humano se despliega ante la indiferencia global, siento que debo seguir condenando el horror.
En mi poema he querido reflejar la injusticia, la indiferencia de los poderosos ante el dolor ajeno, y la profunda conexión entre la violencia y el silencio que la sostiene. Alza tu voz. No seas cómplice como ellos...
I
Bajo el eco de un genocidio,
y los escombros de sangre,
se oculta el horror
del que es devorado por la munición.
Bajo el asombro de la revuelta,
el mundo contempla
cómo un pueblo arde
bajo el yugo de la barbarie,
y el llanto desesperado
del que se ve acorralado,
en una tierra desierta,
y cansada
de la frialdad de quienes
rehuyen la paz.
©Charlotte Bennet
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