A veces, aparentamos ser algo que no somos, mientras nos creemos nuestras
propias mentiras, las cuales transformamos en verdades relativas, sutilmente
atractivas para los demás, ya que logramos eclipsar al prójimo con nuestra
particular locuacidad, haciendo y deshaciendo, prometiendo e incumpliendo con
una sorprendente destreza que a muchos deja perplejos…De hecho, tenemos la osadía de jugar a los
dados con las emociones ajenas, manipulándolas in extremis con tal de ganar… sin
importar el daño causado, puesto que aquí la moral y la ética se desvanecen
dando paso al cinismo, singular compañero de faenas con el que se pisotea el
alma de quien sea...porque nos ponemos el mundo por
montera, clavando, sutilmente, puñales por la espalda, que apenas hieren sino
que matan suavemente…Aun así, se tiende a negar lo innegable, sobre todo cuando el doliente yace
sangrante por culpa de aquellos maleantes...quienes continúan acechando en las sombras, intentando buscar otra nueva presa a la que poder despedazar con su particular hipocresía.
© Propiedad
Intelectual. Charlotte Bennet.
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