Simula la oscuridad
ser una devota amiga,
con su sonrisa carcelera,
que falsea mis horas de delirio
en el que no sé si existo
o si soy un mero espejismo
acotado por una maraña de infortunio…
que disipa mis sueños,
envueltos en delicadas arias,
que solo el viento interpreta
a destiempo…
mudando las rosas
en extenuadas flores…
persuadidas por el frío silencio
que anida mi alma…
© Charlotte Bennet.
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