jueves, 11 de agosto de 2016

Aire

              
                
                 
                 
                     
                            



  Tratar de resucitar el aire que no derrama su aliento sobre mi rostro envuelto por emociones enredadas y voces que no razonan, sino que contaminan el alma con cenizas oscuras mientras soy un mero fragmento que no avanza, sino que se cierra como el ocaso. No obstante, ¡que llueva, si es preciso, sobre mi lecho exento de calma! ¡Que acabe lo que se ha empezado! Pero que el viento no me culpe ni me elija para volver a deambular por aquel estrecho laberinto que ya conozco...
                                                     


© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.

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