jueves, 11 de agosto de 2016

Aire

              
                
                 
                 
                     
                            



  Tratar de resucitar el aire que no derrama su aliento sobre mi rostro envuelto por emociones enredadas y voces que no razonan, sino que contaminan el alma con cenizas oscuras mientras soy un mero fragmento que no avanza, sino que se cierra como el ocaso. No obstante, ¡que llueva, si es preciso, sobre mi lecho exento de calma! ¡Que acabe lo que se ha empezado! Pero que el viento no me culpe ni me elija para volver a deambular por aquel estrecho laberinto que ya conozco...
                                                     


© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.

lunes, 8 de agosto de 2016

Fondo



               
                   
                    
                   
                      
                                                    
                                         


   La noche me brinda sonrisas perezosas, que observo en un momento en que mi fenece un inusitado eco que se propaga de forma contrariada sobre mi cuerpo mustio. No obstante, no culpo a la vida de este desarraigo sino a este silencio que se atrinchera en mi alma.
© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.


           
                                     

martes, 5 de julio de 2016

Alma






                                
                                                   


  Luces tediosas que no iluminan el alma, sino que la nublan suscitando que la opacidad arraigue inusitada y no surja el afán de querer desatar este corazón desgastado que se aferra, en vano, a una inflexible aura, la cual se mofa de mi sombra.  Y es que la nada perdura y la esperanza se aleja retraída por este insólito azar, quien promete desmoronar mi aliento enmarcado por una apacible muerte, que va llegando con pasos apresurados... 

© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.

jueves, 23 de junio de 2016

Ángel






                                          


   Ligera de dolor te fuiste como aquella mariposa disuadida por la brisa  y por el frágil resplandor de aquel atardecer consumado por la lluvia que batía mi alma desgarrada. Y deseé acoplarme a tus alas doradas para así resguardarme de aquel tormento, que me aguardaba. Morir quise contigo pues te fuiste llena de amor y compasión que en mi quedó dibujado tu rostro adornado con rosas blancas que besé sollozando, mientras sentía cómo la noche en mí cabía, y envolvía mi aliento roto por aquel extraño estremecimiento…pero sé que duermes entre nubes magnas y sentidas plegarias, que brotan de mi ser que tanto te añora, y te respira en cada amanecer… 

© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.

                                                  

viernes, 27 de mayo de 2016

Evidencia







                                              



  La noche se llena de sueños que se disipan negando la evidencia de lo que pudo ser, sin embargo, oigo un susurro y es mi alma que se estremece como aquel océano castigado por la inquietud que se apila en aquel horizonte carente de ofrendas…
  Fueron tantas las emociones que ya no lloro sino que hundo mi rostro perplejo allá donde las palabras guardan silencio. Más respiro sintiendo cómo desertan los recuerdos, mientras el dolor se condensa en un estallido mordaz e intenso y es entonces cuando la razón me habla, pero no la escucho sino que me afano en perfilar estatuas mortecinas en un amanecer inflexible y extraño como el otoño que carda mis ojos...

© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.


          I Llámalo pasión. Llámalo deseo… Pero en mi ya no nace Dibujar   un sol embriagador Allá donde sólo hay nubes negras. ...