martes, 15 de septiembre de 2015

La rosa




                             

                                         
                

La rosa…
se encadenó al frío,
en un momento de delirio,
mientras el viento finge  
querer liberarla,
solo para doblegarla
a la voluntad  
de aquellas deformes sombras,
cuyas manos
destripan los pétalos helados,
velados  por una insomne melodía
que suena
como una plegaria
acotada por la bruma
que adorna las horas…
 en las que el silencio
es memoria dormida
para el alma que solloza
entre afiladas espinas. 

© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.

          I Llámalo pasión. Llámalo deseo… Pero en mi ya no nace Dibujar   un sol embriagador Allá donde sólo hay nubes negras. ...