
¡Oh, dulce corazón quebrado!
Tú que apelabas al reino de la
esperanza
Recibes de este desabrido crepúsculo
Una corona de espigas.
Mas sonrío…
Recordando cuán rápido expiró la primavera
Sobre mi ferviente pecho,
Y cuán indómito es este invierno
Que se instala acribillando mi sangre…
© Charlotte Bennet