Dices que vienes,
pero nunca apareces.
Y te invoco,
a través de la lluvia,
aunque tu sombra
sólo sea silencio.
Pero los días
pasan,
y las noches se suicidan.
En el umbral
no hay pasos,
No hay vida,
solo tu nombre sin rostro.
Noto que me
hablas
desde la nada
y te espero,
Peinada y aderezada
como quien espera
el fin del dolor…
Pero te
desvaneces
antes que las palabras.
©CHARLOTTE BENNET
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