No me impresiona
la palabra adornada
con fragancias extrañas
que inundan el alma
de imperfecciones,
ni me espanta
tener que escuchar ecos
en esta incesante oscuridad
que estrecha mi sangre
y tañe mis huesos luctuosos.
Ni, tampoco, me perturba
asomarme a ese insondable abismo
y percibir
cómo el desapego aúlla solo,
pues soy un intervalo
truncado y enmarcado
por un después
concebido por la risa y el llanto.
© Propiedad
Intelectual. Charlotte Bennet.
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