III
La tierra no te perdona,
no olvida...
Ni aun cuando
tus pasos,
bajo la triste hierba,
sean un eco desgarbado
en la plenitud del día...
Ni aun cuando tu pecho
se inunde de helada,
allí donde la lluvia
alarga la vida
de las flores resecas.
Ni aun
cuando el viento
traiga tu voz,
apenas en un susurro
que nadie quiere nombrar.
La tierra no
te perdona,
ni mi alma quiere olvidar.
CHARLOTTE BENNET
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