¡Hola!...
No todo lo que duele destruye. A veces, del naufragio nace la calma, y de la pérdida, la verdad de uno mismo. Estos versos son una muestra de ello. Gracias por leer mis letras.
I
Me perdí en la ciénaga de tus
errores,
en la plenitud de tus delirios.
Y sólo hallé la huella indomable de tu indolencia,
el vano reflejo de tu vanidad,
frente a la impureza de tus intereses,
donde mi amor —puro y sincero—
naufragaba y se extinguía
como esa llama censurada por la noche.
Mas sólo
queda el temblor del recuerdo,
y este dolor que, aun trémulo, respira conmigo.
Y es ahí, en la hendidura de mi abismo,
donde yo resurjo, sin ti.
© Charlotte Bennet
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